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sábado, 3 de octubre de 2015

Selfie tomado en los encierros de San Fermín. En los encierros de San Fermín también vimos a un corredor imprudente que se tomó un selfie delante de los toros. Algo que le fue reprochado y que pudo acabar en tragedia.

La famosa práctica del selfie se ha hecho tan popular que cada vez se buscan autofotografías más creativas y para ello muchos usuarios no dudan en jugarse incluso la vida.

Esto ha hecho, en algunas ocasiones, que el selfie acabe con un trágico final. No es de extrañar si nos fijamos en las imágenes que nos encontramos buceando por la red. Por eso os frecemos la galería con los selfies más peligrosos y mortíferos vistos en las redes. Fotografías que, en caso de tener un final feliz, dejan estampas que ponen los pelos de punta pero que en ocasiones se paga con precio demasiado alto.
Este australiano posaba así delante de un tornado. Sin pensarlo dos veces bajó del coche y se hizo un video selfie con el tornado pisándole los pies.


Selfie de dos jóvenes en un coche minutos antes de morir. La imprudencia de tirarse una foto mientras una de ellas conducía pudo ser la causa del accidente que acabó con la vida de la copiloto, que se dirigía a su despedida de soltera.
Selfie de joven recibiendo patada desde un tren. Un chico posaba así junto a la vía del tren para hacerse un selfie cuando, al pasar el tren, el maquinista le da una patada en la cabeza.

Es el caso del joven que decidió hacerse un selfie apuntándose con una pistola en la sien. El arma se disparó accidentalmente, causándole la muerte de forma inmediata. Ocurrió en México, donde un chico de 21 años se quería hacer una autofoto con una pistola apuntándose a la cabeza. Los servicios de emergencia no pudieron más que certificar la muerte a su llegada. Este es el caso más evidente de selfie mortífero visto en redes.

El hombre de esta imagen no dudo en hacerse un selfie en la azotea de un edificio del centro de Madrid a 30 metros de altura. En la fotografía se le puede ver con las piernas colgando a una gran altura.


Los perros están considerados como 'el mejor amigo del hombre', pero a veces se lo ponemos muy difícil. Y es que existen muchos hábitos de los seres humanos que no soportan. Gestos, comportamientos y conductas, en algunos casos conscientes y en otros inconscientes, que en el mejor de los casos pueden confundirlos, pero que en algunos casos les molestan especialmente. Te descubrimos diez cosas que los perros odian de los humanos y que en muchos casos realizamos a diario:

Tus abrazos. Muchos perros han aprendido a tolerar este gesto, pero eso no significa que les guste. De hecho, les hace sentir sin movilidad, atrapados, dominados y sometidos, por lo que no es raro que en realidad odien estos achuchones que a ti tanto te gusta darles. Tampoco las palmaditas en la cabeza les hacen nada de gracia.


Aspirar el suelo en su presencia. ¿Tu perro se pone nervioso o se esconde cuando pasas la aspiradora? Es probable que reaccione así porque las vibraciones que se generan en el suelo le dan miedo. Una solución simple es llevarlo a otra habitación mientras limpias.



Soplarles. Probablemente todos los que tienen perro ya saben que a los perros les soplen, y mucho menos a la nariz o a las orejas. Sin embargo, eso no impide que muchos propietarios de una mascota canina repitan este molesto gesto.

Bañarles. Les metemos en un espacio reducido y sin movilidad, les mojamos de arriba abajo y para colmo les echamos jabón, perfumes, productos para desparasitarles... No es de extrañar que para la mayoría de perros el baño sea un momento odioso.

La correa. A los perros no les gusta nada por varios motivos, pero fundamentalmente porque les dificulta la exploración y olfateo, dos de sus aficiones preferidas. Tampoco les gusta nada llevar la correa tirante, un gesto que les provoca un incremento del nivel de estrés, frustración y excitación.

Apretar sus mofletes. Cogerles los mofletes no es un gesto que guste a los perros, ya que bloquea su movilidad y sus sentidos principales. Además, si se les tocan los bigotes todavía es peor, ya que se ponen muy nerviosos.

Tocarles las plantas de las patas. Ya hemos comentado que las patas de los perros son muy sensibles, pero todavía lo son más sus plantas de los pies. Además de tener cosquillas, tocárselas puede llegar a ser muy irritante para ellos.

Cortarles las uñas. Quizá exista alguna excepción, pero la mayoría de perros odian que les corten las uñas. El motivo es que sus patas son muy sensibles, por lo que este hábito resulta para ellos una auténtica tortura.

Jugar con su comida. Ponerles la comida delante del hocico pero no dársela no hace ninguna gracia a los perros. Tampoco soporta nada bien que intentes engañarle cuando le das una galleta, haciendo amagos y quitándosela cuando está a punto de cogerla.

Tu ausencia. Cada mañana, cuando sales por la puerta para irte a trabajar, a estudiar, a hacer recados... un vacío interior se apodera de tu perro, que sabe que no te verá durante horas. Éste es otro momento que tu mascota aborrece profundamente.